miércoles, 7 de abril de 2010

Pretendiendo

No hay más esperanza,
que un saco roto, perdido,
en algún lugar del cielo,
lo he tirado, si alguien lo haya,
de favor, no me lo regrese,
tiene mucho valor,
pero no sirve de nada,
es más si encuentran algo útil,
sirvanse con la cuchara grande,
puede que encuentren desde
una canasta de sueño,
hasta el premio mayor,
una realidad que no cualquiera.

Reviso, que no me quedo con nada,
no fuera siendo que al final,
ese roto saco me deje aquí,
todo eso que no quería ya,
no voy a pulir lo que en mi vida
ya es sólo basura,
no voy a etiquetar muestras gratis,
no dejaré que la noche,
o más bien, de la noche,
un perfume particular me envuelva.

Algo se ha quedado,
es una botella vacía,
la he tomado, la arrojo,
que se vaya con el mar,
que le grite al mundo,
que estoy naufrago,
pero con sueños por cumplir,
que la isla se está hundiendo,
no me importa que me salven,
como siempre me hago el héroe,
salvaré a los demás,
siempre hay un bien mayor,
en el nunca estoy.

Ahora, en mi isla sin desierto,
sin amigos por imaginar,
la realidad peca, la realidad se incomoda,
le he hablado de nosotros
y ella sólo puede observar,
no tiene una razón para reclamo,
no tiene como reprocharme,
quizá, es lo más seguro,
que hasta ella se haya cansado.

Darío Olguín

1 comentario:

Siempre quecomentas algo va dentro del yo sensible que le da por seguir el camino de letras...