domingo, 11 de abril de 2010

qué tal si?

Cansancio, llegas cuando menos te necesito,
hoy deberías comenzar a empacar,
las vacaciones para ti inician ya,
ahora el ritmo de la vida debe ser,
cómo siempre, acelerado,
correr de un lado a otro,
cómo si hubiesemos perdido dinero,
desesperados, estresados, divertidos,
todo eso reencontrado en la rutina.

Cómplices de verdades intrigosas,
hacen que empieze a pensarme,
lo que no se me ocurre hacer,
dos uvas y un queso,
tiremos el vino al alcantarillado,
el queso déjalo para trampa,
las uvas una tu y una yo,
al fin nos bastamos juntos
para poder saciarnos.

Hilos de ideas inexistentes -me dice-,
bueno pues, con mayor razón a disfrutar,
cómo cuando eramos niños,
si esa época en que eramos más sabios,
que conocíamos de amor,
lo mismo a mamá que a la abuela,
que a la camiseta, que al sudor,
ahora juntos, las camisetas sudadas,
hay que sacarlas, mucho calor,
húmedo ambiente, tus labios,
inexistentes de nuevo los dos,
despertamos y lo único que podemos hacer
es decir algo tan simple,
¿cómo te llamas?

Darío Olguín

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